Las vacaciones son un momento sagrado para muchos de nosotros. Es el momento en el que podemos desconectar de nuestras rutinas diarias y disfrutar de la vida sin preocupaciones. Sin embargo, en algunos países, como Brasil, las vacaciones son vistas como un lujo y no como un derecho. Pero en Europa, las cosas son diferentes. Aquí, las “folgas dobradas” (días libres consecutivos) y el “dolce far niente” (dulce no hacer nada) son valorados y respetados. Y es algo que sin duda causa envidia al calendario brasileño.
En Brasil, el concepto de “folgas dobradas” es prácticamente inexistente. La mayoría de las personas tienen solo un día libre a la semana, generalmente los domingos. Y cuando tienen la suerte de tener un día libre adicional, a menudo se sienten culpables por no estar trabajando. Esto se debe a la cultura del trabajo duro y la productividad que se ha inculcado en la sociedad brasileña. Pero en Europa, las cosas son diferentes. Aquí, las personas valoran su tiempo libre y lo aprovechan al máximo.
En países como España, Italia y Francia, es común tener dos días libres consecutivos, generalmente los fines de semana. Pero además de eso, también tienen días festivos nacionales y regionales, lo que les permite tener “folgas dobradas” varias veces al año. Y no solo eso, también tienen una cultura del “dolce far niente” en la que se valora el tiempo para relajarse y disfrutar de la vida sin sentir culpa.
Esta diferencia en la forma en que se perciben los días libres es evidente en la forma en que se planifican las vacaciones. Mientras que en Brasil, muchas personas prefieren tomar vacaciones cortas y aprovechar al máximo cada día, en Europa es común tomarse una o dos semanas completas de vacaciones para desconectar por completo. Y esto no es visto como algo malo o improductivo, sino como una necesidad para recargar energías y volver al trabajo con más motivación y productividad.
Pero no solo se trata de tener más días libres, sino también de cómo se utilizan. En Europa, es común ver a las personas disfrutando de su tiempo libre al aire libre, ya sea en la playa, en el campo o en la ciudad. También es común ver a las familias y amigos reunidos para compartir comidas y momentos juntos. En Brasil, por otro lado, muchas personas prefieren quedarse en casa y descansar o hacer tareas domésticas durante sus días libres.
Esta diferencia en la forma en que se utilizan los días libres también se refleja en la mentalidad de las personas. Mientras que en Brasil se tiende a asociar el éxito y la felicidad con el trabajo y la productividad, en Europa se valora más el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Y esto se refleja en la calidad de vida de las personas. Según el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, los países europeos tienen una mejor calidad de vida que Brasil, y esto se debe en parte a la forma en que se valoran y utilizan los días libres.
Es importante mencionar que esta diferencia en la forma en que se perciben los días libres no es exclusiva de Brasil y Europa. También se puede ver en otros países de América Latina, donde la cultura del trabajo duro y la productividad también está muy arraigada. Pero es en Europa donde esta mentalidad se ha transformado en una forma de vida, y es algo que sin duda causa envidia al calendario brasileño.
En resumen, las “folgas dobradas” y el “dolce far niente” son algo que los europeos valoran y respetan. Y es algo que deberíamos aprender de ellos. No se trata solo de tener más días libres, sino de cómo se utilizan y de la importancia de tener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Así que la próxima vez que